sábado, 2 de febrero de 2008

Umberto Eco sobre los símbolos medievales


La imagen del diablo en Infierno XXXIV, con tres caras de diferentes colores --rojo, amarillo pálido, y negro-- nos llamó la atención durante la última lectura:


L'una dinanzi, e quella era vermiglia...
e la destra parea tra bianca e gialla;
la sinistra a vedere era tal, quali
vegnon di lá onde 'l Nilo s' avvalla...


(Una delante, y ésta era roja...
la de la derecha parecía entre blanco y amarillo;
la izquierda se veía como la de aquellos
que vienen de donde el Nilo empieza...)



Sobre los símbolos y las alegorías medievales Umberto Eco tiene mucho qué decir:


"La mentalidad simbolista se introducía curiosamente en el modo de pensar del medieval, acostumbrado a proceder según una interpretación genética de los procesos reales, siguiendo una cadena de causas y efectos. Se ha hablado de cortocircuito del espíritu, del pensamiento que no busca la relación entre dos cosas siguiendo las volutas de sus conexiones causales, sino que lo encuentra con un salto brusco, como relación de significado y finalidad. Este cortocircuito establece, por ejemplo, que el blanco, el rojo, el verde son colores benévolos, mientras que el amarillo y el negro significan dolor y penitencia."




"Y henos aquí ante otro componente del alegorismo universal: percibir una alegoría es percibir una relación de conveniencia y disfrutar estéticamente de la relación, gracias también al esfuerzo interpretativo. Y hay esfuerzo interpretativo porque el texto dice siempre algo diferente de lo que parece decir: Aliud dicitur, aliud demostratur."


"El medieval está fascinado por este principio. Como explica Beda, las alegorías afinan el espíritu, reavivan la expresión, adornan el estilo. Estamos autorizados a no comulgar ya con este gusto, pero será mejor recordar siempre que es el del medieval, y es uno de los modos fundamentales en los que se concreta su exigencia de esteticidad."


Las citas son de Arte y belleza en la estética medieval, Umberto Eco, 1987.





3 comentarios:

Viviana dijo...

Dante (o Durante) Alighieri fue hijo del primer matrimonio del prestamista o comerciante Bellincione d'Alighiero con Gabriella o Bella (probablemente perteneciente a la familia Abati). Tenía una hermana mayor y, tras la temprana muerte de su madre (h. 1270) y las segundas nupcias de su progenitor con Lapa di Chiarissimo Cialuffi, gozó también de la compañía de dos hermanastros Francesco y Gaetana.

Nació en Florencia bajo el signo de Géminis, entre el 15 de mayo y el 15 de junio de 1265; él mismo remonta su linaje hasta su tatarabuelo Cacciaguida, ennoblecido por Conrado III y muerto en la segunda cruzada a Tierra Santa en 1147. Pero se tiene por más seguro que perteneciera a una familia de la nobleza urbana, con pocas propiedades, dedicada desde antiguo al comercio. De hecho, tanto su padre como su abuelo Bellincione tenían fama de usureros.



Dante en un retrato de Andrea del Castagno
(Galería de los Uffizi)


A finales del siglo XIII, concretamente el mismo año del nacimiento de Dante, Florencia perdió su talante de ciudad liberal, sometida hasta entonces a la égida de los gibelinos (partidarios del poder imperial contra el papado), y comenzó un período de cruentas luchas con los güelfos, a su vez divididos en facciones que, si bien reconocían su sumisión al papado, entablaban entre sí guerras tan abiertas como aquellas que los enfrentaban con el enemigo común. Según algunos cronistas, el padre de Dante había sido gibelino. Otros adscriben la familia a los güelfos. Es seguro, sin embargo, que Dante perteneció al partido güelfo, y, dentro de éste, a la facción de los «blancos» moderados.

Sus años de infancia y juventud coincidieron con los más pacíficos que conoció Florencia en la época, sobre todo hasta la ascensión en 1295 de Bonifacio VIII al trono de San Pedro. A partir de entonces, Dante, que ya había participado, como soldado güelfo, en el sitio de Poggio di Santa Cecilia contra los aretinos (1285) y había sido jinete en la batalla de Campaldino (1289), también contra los gibelinos, se adhirió abiertamente a los ideales políticos de democracia e independencia comunal de los güelfos.

Vida política

Entre 1295 y 1302 su vida política fue activísima, si bien únicamente se la conoce por fuentes literarias (sus propias alusiones en la Divina Comedia) o por documentos o testimonios no directos: tras inscribirse en el gremio de médicos y especiales, de 1295 a 1296 fue miembro del Consejo del Capitán del Pueblo, representante de la autoridad popular en paralelo con la autoridad suprema del podestà; de mayo a septiembre de 1296, tras cesar en el cargo anterior, perteneció al Consejo de los Ciento (parlamento de los ciudadanos) y votó las leyes contra los magnates.



La casa natal de Dante en Florencia


Con el advenimiento de Bonifacio VIII como pontífice, la lucha entre las distintas facciones güelfas se agudizó; los «negros», encabezados por los Donati, una familia de magnates, consiguieron el apoyo incondicional del papa e, inmediatamente, lo que había sido un enfrentamiento interno de Florencia se tornó en conflicto entre la ciudad y el papado. Los güelfos «blancos», liderados por los banqueros y comerciantes Cerchi, fueron derrotados en 1301, en una secuencia de dramáticas repercusiones para Dante: en junio dio testimonio de su oposición a que fueran enviados cien hombres que ayudasen a Bonifacio VIII en su guerra en Maremma; en octubre fue nombrado embajador ante el pontífice y al llegar a Roma fue retenido por éste en la ciudad. En noviembre, cuando Dante todavía se encontraba (probablemente) en Roma, Corso Donati, jefe de los «negros», entró en Florencia y llevó a cabo una terrible represalia contra los «blancos». Fueron desterrados seiscientos de entre ellos y el poeta acusado de baratería, fue condenado a un exilio de dos años y a no intervenir de por vida en los asuntos públicos florentinos.

Beatriz y La vida nueva

En 1274, a los nueve años, Dante había encontrado por primera vez a Beatriz, probablemente hija de Folco Portinari. A los dieciocho tuvo lugar el segundo encuentro; ambos están consignados en La vida nueva una obra de juventud de originalísima forma, consistente en una colección de treinta y un poemas engarzados por una prosa entre conceptual y autobiográfica. Su argumento recorre los dieciocho años a partir del primer encuentro con Beatriz; los treinta y un poemas constituyen la cumbre del dulce stil nouvo (denominación acuñada por el mismo Dante en un verso del Purgatorio), practicado previamente por los poetas Guido Guinizelli y Guido Cavalcanti bajo la influencia directa de la poesía provenzal de los trovadores.

Según costumbre de la época, con once años de edad el joven poeta vio concertado su matrimonio con Gemma Donati, con quien se casó, probablemente entre 1285 y 1293, y de la que tuvo al menos cuatro hijos: Giovanni, Pietro, Jacopo y Antonia. Esta última le sobrevivió y tras la muerte de su insigne padre ingresó en un convento con el nombre de Beatriz. Pero muy poco se sabe de la vida familiar y conyugal de Dante; él se ocupó en cambio de consignar para la posteridad los datos fundamentales de su verdadera vida espiritual y amorosa ligada a Beatriz.

No menos importante que los encuentros con Beatriz fueron los lazos intelectuales con el humanista Brunetto Latini, retornado desde el exilio a Florencia en 1266, y el gran Guido Cavalcanti. Del primero de ellos, Dante aprendió tanto los secretos de la retórica latina como los placeres de la escritura en lengua romance; fue Latini quien le proporcionó los modelos para obras de juventud como ll fiore (1295-1300), en las que Dante adaptó al verso italiano el Roman de la Rose. La poesía en lengua romance contaba con sólo cincuenta años de vida en Italia cuando Guinizelli y Cavalcanti, bajo el influjo un poco más lejano del pionero Guittone d'Arezzo, fundaron la escuela de los fedeli d'amore ('fieles del amor'), inventaron la figura de la «mujer angélica» (en la que se aunaban la belleza física y la pureza celestial) y plasmaron la gran poesía lírica italiana que culminaría en Dante y Petrarca. De allí surgió la imagen de Beatriz, que asumiría en la Divina Comedia dimensiones teológicas y filosóficas impensadas.

Se cree que Beatriz Portinari murió tras un parto en 1290; así pues, tanto el casamiento de Dante como la publicación de La vida nueva son posteriores al hecho. El poeta lo consignaba en esta obra, anunciando a la vez la transformación poética posterior: cuando murió Beatriz, Dante se consoló con una visión en la que la amada aparecía como parte de la corte celestial, y el poeta se propuso volver a hablar de Beatriz sólo para decir aquello que nunca fue escrito de una mujer. Quince años más tarde, en la Divina Comedia, se revelaría el alcance poético de esta promesa.

Entre 1302 y 1307 Dante empezó dos obras de madurez: Il convivio (El convite) y De vulgari eloquentia (Sobre la lengua vulgar). El primero contiene algunos de los temas fundamentales que desarrollaría luego, acerca de los cuatro significados de las Escrituras, los dos tipos de alegorías y la necesidad de la existencia del imperio. El segundo es un manifiesto escrito en latín acerca de la legitimidad del uso de la lengua vernácula, en el que defiende la utilización del romance para todos los estilos, incluido el elevado o trágico.



Edición de 1490 de Il convivio


Se sabe muy poco de sus actividades políticas y domésticas durante este lustro: en 1303 estuvo en Forli como consejero de Scarpetta Ordelafi, comandante de los «blancos» mientras que al año siguiente, luego de la derrota de sus partidarios en la batalla de Lastra (20 de julio), decidió separarse de su antigua facción; en 1305 posiblemente viviera en Bolonia, un entorno privilegiado desde el punto de vista intelectual, donde continuó la escritura de las dos obras antes mencionadas y de donde fue expulsado el 6 de octubre de 1306, para refugiarse primero en Lunigiana, bajo la protección de los Malaspina, luego en 1307, con el conde de Batifolle en Casentino y, finalmente, en 1308, en Lucca. Se supone que meses antes Dante había empezado a escribir el Infierno, primera parte de la Divina Comedia.

Durante los primeros años de su exilio Dante meditó largamente sobre la cuestión de las relaciones entre el poder temporal y el religioso; los primeros resultados de estas meditaciones son las dos conocidas cartas (de 1308 y 1310), una de ellas dirigida a «todos los reyes de Italia, a todos los señores de la Urbe Santa, a los duques, condes, marqueses y pueblos», y la otra a «los malvados florentinos que residen en la ciudad»; en esta segunda carta abogaba por el acatamiento al poder imperial. Pero el logro final de estas reflexiones fue el tratado De la monarquía (1318), en donde se afirmaba que el poder espiritual y el temporal emanaba directamente de Dios, por lo que el imperio y el papado eran potestades autónomas.

Si se acepta como fecha de terminación de De la monarquía la de 1318, se comprueba que su gestación fue acompañada del progresivo endurecimiento de las condiciones del exilio de su autor. En 1302, tras la sentencia del exilio, otra le condenó a ser quemado vivo en caso de retorno a Florencia; en 1311 no se le aplicó una amnistía general otorgada a los güelfos «blancos»; finalmente, en 1315, se le condenó a muerte por decapitación en rebeldía, cuando rechazó el ofrecimiento de un perdón bajo condiciones que consideraba deshonrosas.

Resignado a no volver a Florencia, en 1318 abandonó Verona y se reunió con sus hijos en Rávena; allí produjo dos Églogas en latín, y un tratado sobre la Cuestión del agua y la tierra. Los años finales de su vida fueron extraordinariamente fecundos: en la dedicatoria del Paraíso en la famosa carta a Cangrande della Scala (1316), Dante fijó grandiosamente los alcances de su incomparable Comedia: «El sentido de esta obra no es único, sino que puede llamársela polisémica, es decir, de muchos sentidos; en efecto, el primer sentido es el que proviene de la letra, el otro es el que se obtiene del significado a través de la letra».

Dividida en tres libros o cantos (Infierno, escrito hacia 1312, Purgatorio, hacia 1315; Paraíso, entre 1316 y 1321), la Comedia está compuesta por 14.233 versos endecasílabos en terza rima, divididos a su vez en 100 cantos, uno de los cuales es el prólogo, por lo que cada una de las tres partes o libros contiene 33 cantos. Narra el viaje del poeta a los reinos de ultratumba, acompañado del poeta latino Virgilio. A los treinta y cinco años, Dante se encuentra perdido en la selva oscura; de allí lo rescata Virgilio, enviado por la Virgen María, santa Lucía y Beatriz. Ambos descienden al Infierno y recorren sus nueve círculos; luego ascienden la montaña del Purgatorio y allí, en la entrada del Paraíso, Virgilio da paso a la bienaventurada Beatriz, quien lo conduce hasta el Empíreo, donde por un momento el poeta goza de la visión de la divinidad.

La Comedia debe su nombre, según el saber medieval, a su movimiento ascensional: el asunto es horrible en el primer libro, pero esperanzador en el segundo y feliz en el tercero; el adjetivo Divina con que ha llegado hasta nosotros le fue agregado por la posteridad. En efecto, por su inconmensurable valor poético, la ambición y alcance de su perspectiva filosófica, la belleza y precisión de sus imágenes y la perfección de su lengua, la Comedia ha sido considerada como el mayor poema de la cristiandad.

Al terminar la redacción del Paraíso, Dante tenía ya la certeza de que su destierro era definitivo: la imposición de la condena de muerte de 1315, tras su rechazo de la amnistía, se extendía por igual para su descendencia. En 1319, probablemente, el poeta se encontraba al servicio del señor de Rávena Guido da Polenta, quizá con funciones de secretario o preceptor de retórica. A principios de 1321, el dogo de Venecia amenazó con una expedición punitiva contra Rávena, a raíz de un conflicto por la explotación de unas salinas limítrofes entre las dos jurisdicciones, y Dante marchó a Venecia en calidad de embajador del señor Da Polenta con el fin de apaciguar a los regidores venecianos. El largo viaje, hecho en pleno verano, por tierra primero y luego por las lagunas de la costa del Adriático, le fue fatal. A su retorno a Rávena, enfermó gravemente de la malaria contraída durante el trayecto. Murió entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321 y fue enterrado, en medio de solemnes homenajes, en la iglesia de San Francisco de Rávena.

Viviana dijo...

para saber algo mas de dante

Leonardo Vorgia dijo...

Aportando una posible intepretación de estos colores, nos dice Ángel Chiclana:

"Los tres rostros de diversos colores significan las tres partes del mundo entonces conocidas: el rojo o bermejo, los europeos; el entre blanco y amarillo, los asiáticos, y el negro, los africanos."

Esto parece concordar sobre todo con los versos 44-45:

"la sinistra a vedere era tal, quali
vegnon di là onde 'l Nilo s'avvalla."

Saludos.