domingo, 6 de enero de 2008

Anoche terminé de leer el canto 31: Dante y Virgilio caminan en un paisaje de densa niebla y semioscuridad; Dante cree percibir, a la distancia, muchas altas torres, pero Virgilio le dice que son gigantes inmóviles; conforme van acercándose a uno de estos gigantes Dante se convence de su error y va sintiendo miedo:

Come quando la nebbia si dissipa,
lo sguardo a poco a poco raffigura
ció che cela il vapor che l'aere stipa,

cosí forando l'aura grossa e scura,
piu e piu appressando ver la sponda,
fuggiemi errore e crescíeme paura;

(Como cuando la niebla se disipa
la vista poco a poco reconoce
aquello que oculta el vapor que carga el aire,

así, penetrando en el aire pesado y oscuro,
más y más acercándonos a la orilla,
me abandonó el error y aumentó mi temor.)

Por alguna razón lo primero que se me vino a la mente --al imaginarme torres aterradoras-- fue un parque de diversiones, con montañas rusas y torres de Chicago, etc. Luego pensé en la famosa "Tower of Terror" del parque de diversiones de MGM en Orlando --la montaña del terror por excelencia. Y buscando en internet encontré, precisamente, dos fotos de la famosa torre, una en medio de la niebla y semioscuridad y otra a plena luz. Como si Dante mismo hubiese escrito en Wikipedia...

Les paso las dos fotos an archivos adjuntos.

La extrañeza de imaginarme un parque de diversiones en el canto 31 me asombró más cuando empecé a recordar que ya habíamos hallado paralelos entre los castigos del círculo octavo y actividades del "show business": Los diablitos de la bolsa 5 son unos payasos de circo; la bolsa 7, donde los ladrones se convierten en reptiles, parece un zoológico o, mejor aún, un foso donde se apuesta a peleas de perros; los dos personajes de la bolsa 8, Ulises y Guido da Montefeltro, dan un paso al frente, como en un escenario de ópera, y cantan sus respectivas historias en largas arias ininterrumpidas; los falsificadores en la bolsa 10 terminan montando un duelo de ingenio a la manera de los duelos de poetas copleros, una escena de peña; los alquimistas, magos y adivinos de la bolsa 4 son los David Copperfield del infierno;...

¿No son demasiadas coincidencias?

RC

1 comentario:

Luis Adolfo Siabala dijo...

Son, sin duda, espejismos invocados desde el pasado de una infancia resguardada bajo la cama por el miedo...

El gigante Anteo emerge de las nieblas que disipan la visión del visitante aterrorizado. Pero aquella mano emergente, gigante, tosca lo transporta generosamente hacia otro nivel: como el Gran Gorila que recreó por vez primera Davis O. Selztnick en los 30.

O tal vez, la cima del monte Atlas, escondida siempre por densas nubes, que logró la fantasía helénica más fabulosa: la concepción de un mundo sostenido sobre los hombros de un gigante.

Como vez, es la visión transfigurada en el recuerdo del soñador e invocada por la lectura de un poeta hacia otro poeta que lo antecede en literatura borjiana.

Lucho Siabala