domingo, 24 de abril de 2011

Praíso XXXII




La lógica de Paraíso 32 es muy simple:
En el canto anterior Dante se ha despedido de Beatriz y San Bernardo se le presenta como guía para la “consumación perfecta” de su “camino”.
En el canto anterior (Par. 31, 112) San Bernardo le dice a Dante:
“Mirando hacia abajo no vas llegar a ver a Dios; observa entonces con detenimiento cada uno de los círculos de la rosa hasta que veas a la Reina del Cielo “.
Paraíso 32 es la descripción que hace San Bernardo de “cada uno de los círculos de la rosa de los bienaventurados”.
En la rosa (anfiteatro) de los salvados hay TRES CATEGORÍAS de personajes:
1- Los inocentes --los niños que se salvaron antes de tener conciencia de la fe en Cristo (por bautismo o por la fe de sus padres).
2- Los que creyeron en Cristo ANTES DE CRISTO (básicamente personajes del antiguo testamento).
3- Los que creyeron en Cristo DESPUÉS de la venida Cristo.

El canto termina con una línea rarísima: el verso 139
“Ma perché’ l tempo fugge che t’assonna”
San Bernardo, luego de un largo paseo visual por las graderías de la rosa de los salvados, APREMIA a Dante a dirigirse hacia la visión de Dios. Le dice “Apurémonos en dirigir la mirada hacia Dios porque se acaba el tiempo que tienes para hacerlo!!!!!!!!!!!”
Es como si Dante verdaderamente estuviera sumido en un trance (un vuelo shamánico) y Bernardo fuese consciente de que el trance se termina. Se trata, sin duda, de un rapto místico, pero es curioso comprobar que ese rapto tiene un tiempo asignado, más aún teniendo en cuenta que estamos en el cielo Empíreo, en la Mente de Dios, donde no existe el tiempo. En otras palabras, en buen cristiano, San Bernardo le está diciendo a Dante: “Te queda poco tiempo para estar en este lugar donde no existe el tiempo”. PLOP!

Otra observación que nace de la lectura del canto 32 es la de la curiosa división de los bienaventurados en ANTERIORES A CRISTO y POSTERIORES A CRISTO. Esto viene de la creencia medieval de que TODO lo que se decía en el ANTIGUO TESTAMENTO era una especie de profecía de lo que se CONFIRMARÍA en el Nuevo Testamento. Moisés, por ejemplo, fue un hombre de verdad que (de verdad) sacó a su pueblo de Egipto; pero era también una figura crística, una prefiguración de quien sacaría a su pueblo del pecado y lo llevaría a la salvación (Cristo). Por lo tanto, Moisés es un creyente ANTERIOR A CRISTO.
Otra vez “PLOP!”
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En la imágen: San Bernardo explica a Dante la disposición dela Rosa cándida.
Italia ca. 1450 Codice Yate Thompson 36. British Lybrary