lunes, 20 de septiembre de 2010

Reflexiones luciferinas


El miércoles 22 leemos Paraíso 19.
Siempre en casa de Gina a las 8:00 pm.
La semana pasada no hubo lectura porque faltó quorum.
Pero estuvimos, Gina y yo, discutiendo sobre algunos puntos interesantes en el canto.
Hay un fragmento muy interesante en el que Dante habla de Dios como creador del cosmos. Se refiere a "Aquel que delimitó con su compás los extremos del mundo y puso dentro de ello todo lo que está oculto y manifiesto" (creador de todo lo visible y lo invisible). Versos XIX 40-42.
El siguiente terceto dice algo más sorprendente aún: "No podía (el creador) dejar impreso su sello (su imagen) en todo el universo, puesto que, si así hubiera sido, su verbo habría estado en infinito exceso". Versos XIX 43-45. Aquí Dante se está refiriendo a lo que señaló en los primeros versos de Paraíso 1, "La gloria de Aquel que todo lo mueve, por el universo penetra y resplandece, en una parte más y en otra menos". Ese "en una parte más y en otra menos" es fundamental para entender el concepto de creación que manejaban los medievales: el universo es imperfecto pero no porque Dios sea imperfecto sino porque, si el universo fuera perfecto, sería imagen idéntica de Dios, lo cual haría, por un lado, inútil e irreconocible a Dios, y por el otro, haría a la creación digna de alabanza equivalente a la que se le debe a Dios: esta es la herejía panteísta, de la que huían los cristianos como de la peste, que hace a la creación idéntica e indistinguible del creador.
También huían de ella musulmanes y judíos; tan tarde como el siglo XVII Spinoza fue excomulgado y expulsado de la comunidad judía de Amsterdam por sostener, aparentemente, esto mismo.
El siguiente terceto es todavía más interesante porque habla de Lucifer, lo más hermoso, lo más, casi perfecto de lo creado por Dios. Ni siquiera Lucifer estuvo libre de defecto. Pecó de orgullo y cataplum!, como un rayo (contra natura) cayó hasta lo más oscuro del cosmos!.
Esta reflexión sobre el creador haciendo una obra imperfecta tiene mucho que ver con un tabú que es anterior incluso al cristianismo, el famoso miedo a las imágenes y la idolatría:
cuando el hombre crea algo, está entrando en territorio sagrado, en terreno de los dioses.
En la edad media, cuando un artesano terminaba una escultura o un cuadro, se cuidaba de dejar algún detalle inacabado o imperfecto, o incluso le rompía un pedacito, para cuidarse de no incurrir en el pecado de soberbia, el pecado de Lucifer.
Me parece muy interesante esta reflexión sobre el fenómeno de la creación en el canto 19 justo cuando en el canto anterior Dante se ha referido a Dios como "el dibujante que se dibuja a sí mismo".
No llego a entender, en realidad, a qué vienen esas reflexiones de Dante sobre la creación en el cielo de Júpiter donde supuestamente están las almas de los espíritus "justicieros" (el rey David, Constantino, Trajano, y otros benignos legisladores). Pero, bueno... si lo entendiera supongo que mi mente sería igual a la de Dios y mi existencia terrena carecería de todo sentido...
PLOP!

viernes, 17 de septiembre de 2010

El águila del canto XVIII


En un manuscrito antiguo: el águila conformada por las almas de muchos hombres justos (mujers no, ojo)

multum legendum esse

multum legendum esse, non multa
«Se debe leer muchas veces lo mismo, pero no mucha cosa».

Plinio el Joven

TOTALMENTE DE ACUERDO CON PLINIO Jr. !!!!

domingo, 5 de septiembre de 2010

Paraíso 18: Dios como artista gráfico!


En el verso 109 de Paraíso 18, Dante se refiere a Dios como si éste fuera un artista gráfico, pensando probablemente en los que iluminaban manuscritos escribiendo, decorando y coloreando letras:

"Quei che dipinge lí, non ha chi 'l guida;
ma esse guida..."


(A aquel que pinta allí no lo dirije nadie; él mismo se dirije...)

Pensé inmediatamente en el famoso grabado "Drawing Hands" de M.C. Escher, arriba.

Paraíso 18: Júpiter, la justicia y la injusticia...!




En los últimos versos de Paraíso 18 hay una referencia, poco clara, a "aquel que prefirió vivir solo y que, por asistir a un baile, se hizo mártir". Dante se refiere a San Juan Bautista, patrón de Florencia, hermitaño del desierto y decapitado tras el baile de Salomé. Más aún, se refiere a la imagen de San Juan Bautista que se acuñaba en la moneda florentina de su tiempo, el Florín.

Dante acusa al Papa de preferir a San Juan Bautista (la moneda) por sobre Pedro y Pablo, los santos fundadores de la sede que él representa.

La imagen del florín es de http://en.wikipedia.org/wiki/Florin_%28Italian_coin%29
y corresponde a una moneda acuñada en tiempos de Dante.

Paraíso XVII: un padrino de confirmación para Dante.

Amigos:

El miércoles leemos Paraíso 17.
Este canto central en el tercer y último libro de la Comedia contiene algunas de las claves más importantes para la comprensión de la totalidad de la Comedia.

Les adjunto un texto de Rachel Jacoff, una de las dantólogas más respetadas en la actualidad, que me parece muy esclarecedor. Me he tomado la libertad de traducirlo del inglés.

En este canto están algunos de los versos más citados de la Comedia, particularmente los siguientes en los que Cacciaguida le profetiza a Dante el exilio y la vida desgraciada del exiliado:

"Tu lascerai ogni cosa diletta
piu caramente; e questo é quello strale
che l' arco dello essilio pria saeta.

Tu proverai sí come sa di sale
lo pane altrui, e come é duro calle
lo scendere e' l salir per altrui scale."


(Par 17, 55-60)

"Tú abandonarás todas las cosas
que te son más queridas; ésta es la flecha
que el arco del exilio lanza primero.

Tú probaras cuán salado es el sabor
del pan del otro, y cuán duro es andar
bajando y subiendo las escaleras de otros"

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No se olviden que empezamos a las 8:00 por horario de invierno.

Saludos
RC

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Rachel Jacoff.
Una introducción al Paraíso.

En “The Cambridge Companion to Dante”, editado por Rachel Jacoff, 1993.

Refiriéndose a los cantos XV, XVI, XVII, los cantos del cielo de Marte, Rachel Jacoff escribe:

Los padres de Dante nunca aparecen en el poema, pero el siguiente orador que encontramos es la figura paterna por excelencia, el tatarabuelo de Dante, Cacciaguida, su “raíz”: cruzado, caballero y mártir. El encuentro de Dante con su heroico antepasado reproduce el encuentro de Eneas con su padre Anquises en el inframundo pero en una clave cristiana. Los cantos de Marte son la consumación del tema florentino que había empezado durante el encuentro con Ciacco en Inferno 6. Cacciaguida habla del pasado idílico de la ciudad y su degradación hacia el partidismo y las luchas intestinas, para finalmente anunciar con claridad la fatídica suerte que le espera a Dante: la traición y el exilio. Aunque el Infierno está repleto de ominosas y oscuras profecías sobre el exilio de Dante, la versión definitiva de Cacciaguida manifiesta sus devastadoras consecuencias: “Dejarás todo lo que te es más querido” (Par. 17, 55-56). Este desgraciado acontecimiento en la “vida futura” de Dante se convierte, sin embargo, en la condición necesaria para un futuro mayor. Solemnemente Cacciaguida otorga a Dante la misión de escribir el poema que lo va a “enfuturar” (“s’ infutura”, Par. 17, 98) ante aquellos que, como nosotros, “ llamaremos antiguo a este tiempo” (Par. 17, 120). El llamado de Cacciaguida para “hacer que tu visión se manifieste” (Par. 17, 128) le confiere al poema y al viaje de Dante la autoridad sagrada que necesita. Las consecuencias de esta escena de “confirmación” se hacen evidentes en el cambio de terminología con que Dante va a referirse, a partir de aquí, a su poema. Mientras que Dante en el Infierno se ha referido dos veces a su obra como Commedia, la va a llamar, en adelante, “poema sacro”, en los cantos 23 y 25. La escenificación, por parte de Dante, de esta autoconfirmación en el episodio de Cacciaguida tiene sus precedentes en San Pablo y Eneas, ambos invocados aquí para recordarnos que Dante empezó su peregrinaje preguntando cómo él podía atreverse a hacer el viaje ultramundano sin ser él Eneas o Pablo (Inf. 2, 32). La narración de Virgilio sobre la ayuda de las “tres damas piadosas” en Inferno 2 establece desde el inicio el carácter divino del peregrinaje. Sólo aquí, en Paradiso 17, recibe el poema una legitimidad comparable.

Enero 2010, entramos a Paraíso


En casa de Gina reanudamos las lecturas, luego de un break de poco más de un año.