miércoles, 28 de mayo de 2008

GIOTTO, ENVIDIA E IRA









En el segundo círculo del Purgatorio se purga la envidia (cantos XIII y XIV).



En el tercer cicuito, la ira (cantos XVI y XVII).



Es interesante ver como Giotto, contemporáneo de Dante, representa estos dos "errores" de la voluntad.






Esteban junior



La imagen es del Giotto, contemporáneo de Dante.
Ahí se ve a San Esteban como un hombre joven (portrait of Stephen Dedalus as a young man).

Anoche, en la lectura de Pur. XV surgió la discusión sobre la representación de San Esteban como un hombre joven. Hechos de los Apóstoles parece describir a Esteban como un hombre mayor.

Pero Dante escribe:

Poi vidi genti accese in foco d' ira
con pietre un giovinetto ancider, forte
gridando a sé pur "Martira, martira!"
(Pur. XV, 106-108)

Luego vi gente ardiendo en fuego de ira,
a pedradas matando a un jovencito,
gritando: «Martiriza, martiriza»,

La pregunta que surge es la siguiente:
¿La representación de San Esteban como un joven se genera a partir de esta cita de Dante o era ya lugar común en el siglo XIII, y tanto Dante como Giotto la toman del imaginario medieval?







sine nomine


Acabo de leer un comentario al canto XV del purgatorio donde se dice que los dantólogos acostumbran ponerle nombre a los cantos para identificarlos (el canto de Ulises, por ejemplo, es Inf. XXVI), pero que, debido a lo ecléctico del canto XV del purgatorio, no han llegado a un acuerdo sobre cómo llamarlo.

El poeta genovés Edoardo Sanguineti --dice el comentario-- propuso llamarlo el canto "innombrable".

¿Estamos de acuerdo?

martes, 27 de mayo de 2008

vespero lá, e qui mezza notte era


En Purgatorio XV Dante vuelve a pedirnos imaginar el planisferio medieval.


Como es mi costumbre, mientras tomaba desayuno, hice un boceto en una servilleta.


Ahí se ve claramente la división del planeta en dos hemisférios: uno de tierra y uno de agua.


El centro del hemisferio de tierra es Jerusalem, el del agua la montaña del purgatorio.


Italia está a medio camino entre Jerusalem y el ecuador; de esa manera es medianoche en Italia, las tres de la mañana en Jerusalem, y las tres de la tarde en la montaña del purgatorio.


Cuando Dante escribe, de memoria, su relato, él está en Italia; por eso dice "aquí era media noche..."


Luego dice que al dirigirse al oriente el sol le dio justo en la cara. Para imagirar eso hay que tomar en cuenta que el sol, en abril, está inclinado hacia el norte, donde lo he puesto en rojo.


Para mayor información consultar con Tolomeo!

martes, 20 de mayo de 2008

Purgatorio XIV - la envidia nos vence


En los versos finales de Purgatorio XIV Virgilio advierte a los lectores sobre los peligros de la envidia. Habla del anzuelo y el cebo de la tentación, y de cómo los hombres escogen mirar el suelo teniendo la belleza del firmamento sobre sus ojos.

Già era l'aura d'ogne parte queta;
ed el mi disse: «Quel fu 'l duro
camo
che dovria l'uom tener dentro a sua meta.

Ma voi
prendete l'esca, sì che l'amo
de l'antico avversaro a sé vi tira;
e però poco val freno o richiamo.

Chiamavi 'l cielo e 'ntorno vi si gira,
mostrandovi le sue bellezze etterne,
e l'occhio vostro pur a terra mira (Pur. XIV, 142-150)

Ya estaba el aire quieto en toda parte;
y él (Virgilio) me dijo: "Aquella es la dura porción
que debería el hombre guardar dentro de sus límites.

Pero ustedes van a la carnada, de tal forma que el anzuelo
del antiguo adversario (Satán, el tentador) los jala;
por lo que poco sirven advertencias o frenos.

Los llama el cielo y gira entorno a ustedes,
mostrándoles sus eternas bellezas,
pero vuestros ojos miran a la tierra.

jueves, 1 de mayo de 2008

Marai sobre la vanidad del artista



En su novela "La hermana" el novelista húngaro Sandor marai crea un personaje maravilloso: el concertista de piano Z.

El drama de Z. es haber contraído, en la cumbre de su carrera, una enfermedad neurológica que le resta movilidad en los dedos.

Z. medita largamente sobre su desgracia. Intuye que ésta se debe a su vanidad como artista. Siente que la enfermedad es un castigo por haber vivido de una manera egoísta su talento, su arte, y su pasión.

Este es precisamente el tema del canto X del Purgatorio --la soberbia de los artistas, que no se reconocen como un mero instrumento de Dios en un proceso continuo de creación.

Más adelante en la novela, un médico le dice al pianista que los verdaderos médicos no curan, sólo tratan enfermedades, quien cura es Dios.

Ambos, médicos y artistas, en esta concepción, serían sólo medios (medium) de la potencia vivificadora de Dios en el cosmos.

Este es también el tema del canto XI del Infierno, donde Virgilio le explica a Dante, antes de bajar al círculo de los violentos, la esencia del pecado contra natura --actuar en la dirección opuesta al flujo de la energía divina en la naturaleza.

Los invito aleer una página de LA HERMANA de Marai.